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Los diez toros del Zen: Regresando al mercado. |
Aquí encuentro al budismo que me gusta, ese que no se aísla en los monasterios y templos, que no convierte la vida monástica en la única opción y porque no al budismo comprometido, no al anestesiado y ajeno de todo lo "humano".
En estos dos últimos dibujos Kakuan plantea la vuelta al mundo, un paso más allá del taoismo y el budismo en muchas de sus escuelas, un camino de vuelta a la "realidad" con el efecto de la liberación, un camino a compartir la "experiencia" de la iluminación del vaciamiento, de la desidentificación y todo lo que el budismo puede aportar a quienes realizan todo el recorrido.
Como apunta Osho en el libro ya referido más arriba, Kakuan dice que el buscador regresa de su búsqueda del toro, con una botella de vino : " se vuelve embriagado de lo divino. Uno no se dedica únicamente a estar en silencio, una baila, canta, se vuelve creativo. Lo único que se hace no es escapar y esconderse en una cueva. En ese momento se es tan libre que no hace falta esconderse en ningún lado. En ese momento la libertad es la cualidad de uno. El mundo se convierte en una nueva aventura. Se completa el círculo: del mundo al mundo; empezando en el mercado y terminando de nuevo en el mercado. Por supuesto, totalmente diferente, porque ahora no tienes mente, de manera que el mercado es tan hermoso para ti como los silenciosos Himalayas, no hay ninguna diferencia." (p21)
Siguiendo a Buda, este es el camino del Bodhisattva, de esos que hacen de su iluminación y liberación un camino hacia los demás, de ayuda y éxtasis compartido.
Será por ello que un maestro como Ikkyu se convirtió en un símbolo de la irreverencia, ya lo trataremos en otro momento, pero traigamos aquí uno de sus haikus especialmente ilustrativos, grosero, mundano, recordando los olores del mercado y la vida en sí..... "Tanto koan te enseñará el camino, pero no al rico coñito de muchacha al que yo me dirijo".
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